Autor: Óscar Alonso Llombart
Data Strategy & Data Governance Senior Manager at IBM Consulting. Miembro del Grupo Ética Seguridad I&I DAMA España
- Priorizar a las personas en el desarrollo de la tecnología, defender y promover los valores y derechos europeos en el mundo digital
No hay duda del liderazgo de las empresas tecnológicas, y la pandemia no ha hecho más que reforzar esta posición. Los datos de final de 2021 consolidan este dominio, las tres empresas con mayor valor bursátil del mundo son tecnológicas, Apple, Microsoft y Alphabet (Google), y entre las diez primeras de la clasificación, siete son de este sector.
El valor de los activos intangibles continúa creciendo año tras año, y los datos son un activo de tremendo valor para las organizaciones.
Muchas son las expectativas que hemos depositado en las tecnologías de la información, y específicamente en la Inteligencia Artificial (IA) en los últimos años. Tal es así que, incluso para los grandes desafíos de la humanidad, como son reducir la desigualdad, garantizar la paz y la justicia o revertir el cambio climático, se espera que esta tecnología desempeñe un papel crucial.
Sin embargo, es imprescindible tener en cuenta cuál es el combustible que permite a la IA operar con éxito: esta tiene un apetito voraz por los datos, que son la base para generar conocimiento y nuevas oportunidades.
Nos encontramos en plena cuarta revolución industrial, la segunda basada en la información desde finales del siglo pasado, que requiere una normativa que se centre por igual en la competitividad económica, la protección de la privacidad y la ética en el uso de los datos.
Así, con el objetivo de fomentar la «economía de los datos», la Comisión Europea lleva años desarrollando y dando a conocer el concepto de intercambio de datos y sus beneficios. En este sentido, la Comisión Europea ha desarrollado su propia estrategia, que busca convertirse en el líder de una sociedad impulsada por los datos, facilitando el intercambio de datos entre sectores y estados miembros.
Nos encontramos en plena cuarta revolución industrial, la segunda basada en la información desde finales del siglo pasado, que requiere una normativa que se centre por igual en la competitividad económica, la protección de la privacidad y la ética en el uso de los datos.
Mercado único de datos de la Unión
La estrategia europea para los datos tiene como objetivo crear un mercado único de datos que garantice la competitividad global de Europa y la soberanía de los datos. Los espacios comunes de datos europeos garantizarán la disponibilidad de más datos para su uso en la economía y la sociedad, manteniendo el control de las empresas y los individuos que generan los datos.
Los tres pilares de esta estrategia son fácilmente reconocibles:
- Fomentar las infraestructuras para el flujo de datos en la UE entre sectores, promoviendo un conjunto de requisitos para su reutilización.
- El pleno respeto de las normas europeas, centrándose en la privacidad, la confidencialidad y la protección de los datos personales.
- Establecimiento de normas justas, prácticas y claras de acceso y uso.
La estrategia europea de datos se desglosa en iniciativas concretas en el marco de la creación de ecosistemas de datos europeos.
Algunas de estas iniciativas ya están en marcha desde hace tiempo: la Directiva de Datos Abiertos y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE, mientras que otras se encuentran en diferentes fases del procedimiento establecido para su aprobación: la Data Governance Act, la AI Act y la Data Act.
En primer lugar, la creación de la Directiva de Datos Abiertos, en 2019, que promueve la interoperabilidad de los llamados «conjuntos de datos de alto valor». La directiva define los «conjuntos de datos de alto valor» como aquellos cuya reutilización está asociada a beneficios significativos para la sociedad y la economía, y que tienen un alto potencial comercial.
Entre ellos, la directiva destaca una lista de categorías temáticas dada su importancia e impacto socioeconómico. Así, la puesta en común de esta información a través de catálogos de datos permite el acceso a la información en bruto para su uso y aplicación por parte de empresas o particulares. Para ello, un catálogo de datos completo debe incluir conjuntos de datos en formatos abiertos y legibles por los diversos sistemas que trabajen con algoritmos de IA.
La Data Governance Act
En segundo lugar, tres años después de la entrada en vigor del RGPD, la Comisión Europea ha publicado un nuevo y ambicioso marco jurídico en materia de datos, la Ley de Gobernanza de Datos.
Su objetivo es promover el intercambio y la reutilización de datos en todos los sectores, protegiendo al mismo tiempo los intereses económicos de Europa y la privacidad de sus ciudadanos.
Se trata, por tanto, de un enfoque «a la europea» de la gobernanza de datos, que está en consonancia con los valores y principios de la UE y que tendrá como objetivo garantizar que las medidas de los Estados miembros en materia de datos estén alineadas para crear un verdadero mercado único, así como apoyar el desarrollo de espacios de datos europeos comunes.
Como punto de partida de la propuesta de reglamento sobre la gobernanza de los datos, se llevó a cabo una evaluación de impacto que tuvo en cuenta varios criterios analíticos, además de valorar la relación coste-beneficio de cada una de las medidas previstas.
En concreto, la evaluación propuso varias opciones de regulación de diferente intensidad en relación con los cuatro principales retos identificados:
- Identificar mecanismos para mejorar la reutilización de los datos del sector público.
- Promover la confianza en los intermediarios.
- Facilitar la liberación de datos con fines altruistas.
- Promover los aspectos horizontales de la gobernanza.
El propio documento prevé un mecanismo de revisión intermedia para comprobar si, cuatro años después de la entrada en vigor de las disposiciones del reglamento, las medidas adoptadas alcanzan los resultados esperados a partir de una serie de indicadores específicos para cada uno de los objetivos y soluciones finalmente propuestos.
Con este reglamento, la UE muestra un claro apoyo a la creación y desarrollo de espacios de datos comunes europeos en áreas estratégicas, en los que puedan participar tanto entidades públicas como privadas de diferentes sectores económicos.
Por ejemplo, una buena gestión e intercambio de datos permitirá el desarrollo de productos y servicios innovadores y hará que muchos sectores sean más eficientes y sostenibles. También es esencial para la mejora de los propios sistemas de IA, ya que requieren fuentes de datos fiables, imparciales y de calidad.
La Artificial Intelligence Act
En tercer lugar, en 2020, conscientes de esta realidad y de que la era de los datos y de la IA requiere nuevas reglas de juego, varios diputados del Parlamento Europeo presentaron propuestas sobre la mejor manera en que la UE puede regularla para impulsar la innovación, las normas éticas y la confianza en la tecnología.
El Parlamento Europeo ha sido una de las primeras instituciones públicas en presentar recomendaciones sobre las normas que debe incluir la IA en materia de ética de los datos, responsabilidad por los posibles daños causados por la IA y derechos de propiedad intelectual.
La iniciativa legislativa, AI Act, pide a la Comisión de la UE que presente un nuevo marco legal que esboce los principios éticos y las obligaciones legales que deben seguirse al desarrollar, desplegar y utilizar la IA, la robótica y las tecnologías relacionadas en la UE, incluyendo el software, los algoritmos y los datos.
La normativa se articula desde la clasificación de los sistemas de IA atendiendo a su nivel de riesgo, distinguiendo entre los que suponen un riesgo inaceptable, los que conllevan un riesgo mínimo y los que, por el contrario, son de alto nivel.